apariencia del bebé recién nacido arroja pistas sobre su salud. Puede ser que el bebito tenga un aspecto bronceado y con el pasar de los días hasta los ojos se le van poniendo amarillos. Esto aunque es muy común, no es normal, sino que es algo característico de la ictericia. Algo que todo padre debe saber qué es.
Es muy importante antes de abandonar el recinto hospitalario (si diste a luz en un hospital) asegurarse que el bebito no esté sufriendo de ictericia (jaundice en inglés), es decir, que se esté poniendo amarillo por tener un nivel elevado de bilirrubina en la sangre, lo que lo lleva a lucir bronceado. Esto es algo muy común entre los recién nacidos, y si es detectado y tratado a tiempo, no deja secuelas. Si la bilirrubina llega a niveles muy altos, suele tratarse con una luz artificial especial. En casos más leves, se recomienda a los padres exponer al bebé al sol de manera indirecta.
Aunque puede sonar complicado, es importante distinguir el tipo de ictericia que tiene el bebé. La ictericia fisiológica la que comúnmente se presenta en infantes sanos, mientras que la ictericia patológica ocurre cuando hay un riesgo para la salud, ya sea debido a su grado o a su causa. Esta última puede deberse a incompatibilidades sanguíneas, enfermedades de la sangre, síndromes genéticos, hepatitis, deshidratación, obstrucciones del conducto biliar, otras enfermedades hepáticas, infecciones o un nacimiento prematuro. Si este es tu caso, es necesario hablarlo con el pediatra.
Aunque puede sonar complicado, es importante distinguir el tipo de ictericia que tiene el bebé. La ictericia fisiológica la que comúnmente se presenta en infantes sanos, mientras que la ictericia patológica ocurre cuando hay un riesgo para la salud, ya sea debido a su grado o a su causa. Esta última puede deberse a incompatibilidades sanguíneas, enfermedades de la sangre, síndromes genéticos, hepatitis, deshidratación, obstrucciones del conducto biliar, otras enfermedades hepáticas, infecciones o un nacimiento prematuro. Si este es tu caso, es necesario hablarlo con el pediatra.
Por otra parte, también hay una ictericia por lactancia materna que se da en la primera semana de vida en más de 1 por cada 10 bebés que toman pecho. Se cree que la causa es la ingesta inadecuada de leche, que lleva a la deshidratación del niño, pero se puede solucionar relativamente fácil. A veces es necesario alimentarlo con más frecuencia o darle un biberón complementario con fórmula al bebito, pero eso lo indicará el pediatra. No hay motivo para suspender la lactancia materna, salvo que los médicos recomienden lo contrario.
No te queremos asustar, pero cuando no se trata la ictericia, los niveles tóxicos de bilirrubina se pueden acumular en el cerebro.
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