¡Y allá voy! Entre los 9 y los 12 meses probablemente verás a tu bebé en movimiento, ya sea gateando, arrastrándose, parándose y sujetándose a los muebles para caminar o hasta ¡dando un primer pasito! Déjale practicar en un ambiente seguro. Recuerda que el uso de los andadores no es recomendable ya que interfieren con el desarrollo de sus articulaciones y músculos, y pueden hasta ser peligrosos. En cambio, puedes darle un carrito para empujar cuando ya tenga soltura con sus primeros pasitos. También empezarás a ver como imponen su voluntad, “no voy a sentarme en el cambiador,” “ni hablar voy a comer esto,” y pueden descubrir el poder de la palabra “no.” En esta edad empiezan a saber lo que quieren y nos lo hacen saber.
Pueden empezar a comunicarse más claramente con signos o hasta con parte de palabras, como “mam mam” para comer o “wa wa” para agua y verás como comprenden mucho más de lo que pueden decir. Pregúntale ¿dónde está papá? Y verás como mira hacia su papá con satisfacción. Continúa hablándole mucho y realzando los nombres de los objetos cotidianos “taza, zapato, libro…” y hazle muchas preguntas, aunque todavía no pueda responderlas.
¿Dónde está? Hacia esta edad, han aprendido que cuando las cosas desaparecen, no se han ido para siempre y van a empezar a buscarlas, esta es una habilidad intelectual importante, así que jugar a esconder y buscar cositas, verás su satisfacción cuando vea que ¡lo encontró! Y con estas nuevas habilidades también verás como aumenta su ansiedad de separarse de ti (muy normal en esta edad). Haz que las separaciones sean positivas, dale confianza cuando le digas adiós, con una sonrisa y haciéndole saber que le van a cuidar bien. Puedes dejarle con su juguete favorito, una foto tuya o hasta una grabación con tu voz cantándole o con un mensaje.
Recuerda que todos los bebés son diferentes y tienen un ritmo de desarrollo distinto. Si te preocupa el desarrollo de tu bebé, consulta con tu pediatra.
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