Durante meses idealizamos al bebé que llevamos en la panza. Cuando finalmente nace, a veces nos sorprende cómo se ve en realidad un recién nacido. Puede habérsele deformado temporalmente su cabecita al nacer, su piel puede estar arrugada o parecer reseca (algo común sobretodo en los bebés que nacen después de las 40 semanas de gestación), sus uñas estar increíblemente largas para un ser tan pequeño o su cuerpecito puede estar lleno de unos vellos delgados que se caerán en algunas semanas más. Cuando los bebés nacen antes de las 39 ó 40 semanas, incluso salen del vientre materno recubiertos por una sustancia blanca y pegajosa llamada vérnix, que sirve para proteger su piel mientras los rodea el líquido amniótico.
También te puede impresionar que tu hijo se ponga bizco cuando abre los ojos (algo completamente normal) o que mientras duerme tenga un reflejo que parece una fugaz sonrisa (en pocas semanas más las risas serán reales).
También te puede impresionar que tu hijo se ponga bizco cuando abre los ojos (algo completamente normal) o que mientras duerme tenga un reflejo que parece una fugaz sonrisa (en pocas semanas más las risas serán reales).
Otra cosa muy común es que los primerizos se asusten cuando su recién nacido empieza a estornudar en el hospital o cuando llegan a la casa. Pero no creas que es a causa de un resfriado o catarro; es una manera de oxigenarse e ir limpiando los pulmones y la nariz de la mucosidad y líquido amniótico. Es decir, es como un acto reflejo. Asimismo, es normal que sufra de hipo.
No podemos dejar de mencionar ciertas características de los genitales de los recién nacidos. Debido a las hormonas que la mamá les traspasa a través de la placenta, es normal que las “zonas privadas” de tu bebé aparezcan muy hinchadas e incluso desproporcionadas en tamaño respecto al resto de su cuerpecito. En las niñas incluso puede haber ciertas secreciones sanguinolentas que salen de la vagina. Los pechos también pueden estar hinchados, no importa si el bebé es niño o niña. En pocos días, eso sí, todas las situaciones antes mencionadas se normalizan.
En todo caso, de algo puedes estar seguro: tu bebé cambiará muchísimo en los días venideros. Hay veces, eso sí, que la apariencia del bebé arroja pistas sobre su salud. Puede ser que nuestro chiquilín tenga un aspecto bronceado y con el pasar de los días hasta los ojos se le van poniendo amarillos. Esto aunque es muy común, no es normal, sino que es algo característico de la ictericia. Si es el caso de tu hijo, por favor llama al médico, porque puede necesitar una luz especial o que lo pongas al sol un rato breve. La ictericia es un signo de alza de la bilirrubina y aunque muchísimos bebés la sufren, algunos necesitan cuidados extra para que no les deje secuelas. A los demás, se les va solito el tono amarillento al cabo de unos 10 a 14 días, pero sólo el pediatra puede indicarte qué hacer.
No podemos dejar de mencionar ciertas características de los genitales de los recién nacidos. Debido a las hormonas que la mamá les traspasa a través de la placenta, es normal que las “zonas privadas” de tu bebé aparezcan muy hinchadas e incluso desproporcionadas en tamaño respecto al resto de su cuerpecito. En las niñas incluso puede haber ciertas secreciones sanguinolentas que salen de la vagina. Los pechos también pueden estar hinchados, no importa si el bebé es niño o niña. En pocos días, eso sí, todas las situaciones antes mencionadas se normalizan.
En todo caso, de algo puedes estar seguro: tu bebé cambiará muchísimo en los días venideros. Hay veces, eso sí, que la apariencia del bebé arroja pistas sobre su salud. Puede ser que nuestro chiquilín tenga un aspecto bronceado y con el pasar de los días hasta los ojos se le van poniendo amarillos. Esto aunque es muy común, no es normal, sino que es algo característico de la ictericia. Si es el caso de tu hijo, por favor llama al médico, porque puede necesitar una luz especial o que lo pongas al sol un rato breve. La ictericia es un signo de alza de la bilirrubina y aunque muchísimos bebés la sufren, algunos necesitan cuidados extra para que no les deje secuelas. A los demás, se les va solito el tono amarillento al cabo de unos 10 a 14 días, pero sólo el pediatra puede indicarte qué hacer.
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