La felicidad es un estado de armonía y plenitud interior, una actitud personal ante la vida, una forma de vivir y de sentir que abarca toda nuestra existencia. A lo largo de los años van surgiendo personas, situaciones, lugares y cosas que nos ayudan o nos dificultan llegar a ella, pero nadie nos la puede regalar ni nadie nos la puede quitar.
Los padres y adultos tenemos en nuestras manos el adoptar una forma diferente de educar, que promueva un crecimiento sano, feliz y equilibrado. Niños felices, contentos, con un buen desarrollo de su capacidad intelectual, y emocionalmente inteligentes, abiertos e integrados en la sociedad.
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